diciembre 31, 2015

El año pasado

El cotidiano

Una vez tuve la curiosidad de saber que me deparaba el futuro, por eso, quise aprender a leer la mano, así, como los gitanos. Entonces decidí leer un poco sobre la quiromancia en un pequeño manual para novatos, perdí el interés cuando leí una sección que hablaba de la profundidad de las marcas de la mano, mientras mas profunda y demarcada sean, la persona no podrá cambiar lo que le depara. Mientras que aquellas que tienen marcas suaves y poco pronunciadas tienen la posibilidad de cambiar su destino.

Es difícil pensar que tu vida esta esta escrita en la palma de la mano, parecen cosas que mayormente tienen fuerza cuando solo se trata de un recurso literaturas. Pero aquellas líneas describieron exactamente como eran mis marcas, suaves, poco pronunciadas y claras. Entonces, ¿Para qué quería saber mi futuro si puedo cambiarlo tantas veces yo quiera?

Olvidé todo aquello,  entonces decidí abrazar a la vida como viniera y decidí disfrutar la incertidumbre, abrazar la incertidumbre, vivir en ella.

Ahora me sucede igual con los propósitos de fin de año.  Lo que me propongo a comienzo de año no son lo mismo que cierran el año, cuando miras hacia atrás y sacas cuenta que algo pasó.

En todo caso, no importa el nuevo propósito de año nuevo. Cambio de opinión muy rápido y lo que me imaginé a comienzos de año, no fue lo mimo que realicé a mediados. Mejor me dedico a vivir.

El desayuno de un día cualquiera 
























Este año comencé a vivir sola. Tengo buenos amigos que me dieron buenos consejos me ayudaron a apreciar esta nueva etapa.  Aprendí que el pan quemado no se bota, se raspa por un lado, se le unta mantequilla, mermelada o lo que sea y se come.

Por sobre todas las cosas hay que desayunar, no importa lo que sea. Aprendí ese valor cuando salir tarde una mañana, no desayuné y acto seguido, perdí la conciencia unos pocos segundos. Nunca me pasó cuando vivía con mis padres.

El rincón de Marietta
























Amo los rincones, y este año conocí unos cuantos muy interesantes. Discretos, íntimos, hermosos. Me permitieron volar e imaginar como serían sus vidas de los dueños de esos rinconcitos.


El rincón de Berna Pizani
























En uno de ellos me encontré con Reverón, sobre un barquito pintando. Creo que nunca lo había visto tan de cerca como esa tarde.

eran cuatro policías y yo
























Este año viaje dos veces con la policía, una vez por que me había accidentado en plena avenida San Martín, eran las 11 de la noche y era peligroso estar allí. De forma gentil me dejaron en mi casa. La siguiente fue mientras cubría una carrera de montaña. Había terminado mi cobertura y necesitaba llegar a la meta. Iba de lo más cómoda, hasta que le cedí mi puesto a una chica con asma. Yo seguí a pie.

Me fije que los chefs y los ilustradores se cuidan muy bien los dedos


Hacer  fotografía de alimentos no es fácil. Pero después de muchos golpes, muchos intentos y de mucho observar, te das cuenta que es son paisajes, pequeños mundos que puedes manipular y mostrarlos bellamente. 

En mi caso, fotografié a unos pequeños reposteros entre 9 de 10 años con la capaces de hacer delicias azucaradas y chocolatadas. ¿Será producto del internet y la televisión por cable? Yo tengo cable e internet y sigo quemando el pan tostado. 


Mi pieza favorita es esta exquisita ensalada de gallina.

El amor, en todas sus formas y presentaciones es maravilloso. No importa si dura un día, tres meses, veinte años o nada, es amor. Es mágico cuando lo sientes o doloroso si lo has perdido. Es amor, no importa.  Los del 2015 fueron como una luz de bengala, cortos, hermosos y brillantes. 

Disfruto la magia que hay ellos hasta apagarse su luz, un día llegará uno que será como el sol. Entre tanto disfruto de mi caja de luces de bengala. Como disfruto ver como otros encienden sus velas para iluminar sus caminos.

Una novia


diciembre 11, 2015

Instantáneas de una entrevista

Berna Pizani

Berna tiene hermosos e increíbles tesoros dentro de su casa, se lo dije.

Una tarde me tocó realizar una serie de retratos a un grupo de talentosas y maravillosas orfebres, todas, relacionadas en la lucha contra el cáncer y que colaboraban con fundaciones destinadas a apoyar a personas que padecen este mal.


Mientras transcurría la entrevista, yo fotografiaba sus piezas, eran figura escultorica hechas en plata llevada a pequeñas dimensiones. Para mi eran dos problemas, pequeña y brillante.


"Por dentro yo solo quería aferrarme a ellas, así como lo reflejan tus piezas"

"Te puedo ofrecer plastilina" Santas palabras.
- Pasa a la cocina, en el fondo, a la izquierda tengo un cuartico donde tengo un mueble, en la primera gaveta tengo un poco de plastilina, toma la que necesites". Su esposo era fotógrafo y tenía todo lo necesario para retratar las piezas de su esposa.


No solo encontré la plastilina que me ayudaría a sostener mejor las piezas, encontré un mundo lleno de habitantes moldeado por sus manos y endurecidos por el fuego, objetos de madera que estarían destinada a la música, elementos del pasado convertidos en tesoros ocultos detrás de una puerta en el fondo de una casa, herramientas, enseres, una persiana abierta que regulaba la entrada de luz en el día y una lámpara para alejar la oscuridad en la noche.

Una pieza se relaja entre otras cosas

Algunos instrumentos y algunas piezas de ellas

Un proyector, esta joya de las que ya no se ven con frecuencia lo encontró en la basura de algún lugar de Caracas
Una lámpara para alejar la oscuridad de la noche. 


Unos amantes que dejó ocultos en aquella habitación

Berna no es orfebre, ella es escultora. Un integrante de SenoSalud le plantea la posibilidad de colaborar. No lo pensó mucho, así que se preparó para llevar lo que mejor sabe hacer: la orfebrería. El resto es historia. Este fue un trabajo que salio para la Revista Dominical

Entre los testimonio que compartió para la entrevista, y el que tengo más presente, en un video realizado por mi compañera de pauta, Clara González  era sobre una señora que había padecido de cáncer de mama y por ende había pasado por una mastectomía, esta le pregunta si ella (Berna) había sufrido cáncer, por que esta pieza representaba justo lo que ella sentió cuando su médico le dijo que debía extirparle las mamas, "Por dentro yo solo quería aferrarme a ellas, así como lo reflejan la pieza que hiciste" le decía la señora a Berna.

Este es el video que se hizo, adicional al reportaje de la Revista Dominical:



Soy terriblemente curiosa dentro de un armazón de discreción, en este caso, no podía dejar de mirar los cuadros de las paredes, los libros, las plantas, las mascotas. Eran las huellas de los habitantes que pasaron por su casa, crecieron y se fueron hacer lo mismo en otros hogares. Un poco lo que es la vida. Aquí todo se encontraba lleno de vida, cada objeto y cada cosa contaba una historia.

Cuando salí de la habitación del fondo me encontré esta imagen de Clara realizando la entrevista


Estos mininos me enseñaron que a los gatos les gusta el cheese whiz
Ya era casi las 4 de la tarde y se acercaba la hora pico. Lo que comenzó como un video para incluir en un reportaje se convirtió en una conversación entre personas que nunca se habían visto antes y que los enlazaba un guión que se fue desarrollando solo hacia la espontaneidad.


Para mi, parte de los tesoros de Berna fueron de revelados por un ratico. Y se lo dije, su casa esta lleno de tesoros.

Yo, sosteniendo raro la cámara