febrero 08, 2019

Cuando Caracas habla a través de las nubes


El cielo de Caracas estaba más hermoso que nunca y yo no estaba allí. Sí, extraño muchísimo mi tierra, a mi familia, a mis amigos, a las guacamayas escandalosas que se adueñaron de su cielo y de los hermosos atardeceres de comienzo de año que llenan de magia a la ciudad.

Sin embargo, gracias a las redes sociales sentía que estaba en espíritu, todos compartían fotos de los cirruscúmulos que se quedaron hasta el ocaso. Fue un regalo para desconectarnos y distraernos de la rutina, de la mortificación que en estos momentos se vive.

Para nadie es un secreto que vivimos el punto más dramático de nuestra crisis, las moticas de algodón que decoraron el cielo no hará volver a los que se fueron o logrará que la economía cambie de la noche a la mañana, pero si nos dio un respiro para la imaginación.  

La mente humana, siempre dándole forma a todo, según el tipo de nube, la comparamos con animales o cosas. Pero para esta ocasión, todos veían una señal, una buena señal y eso me llenó de esperanza, por que estamos recuperando la capacidad de ver más allá de la angustia y de la zozobra. 




Como dije arriba, no estoy en Caracas. Sólo me quedaba imaginar, desde aquí y dentro de mi teléfono, qué significaba para mí ese hermoso cielo de acuarelas. Yo no pensé en animales. Soy de la infantil idea de que los ángeles se encuentran en las nubes y que juegan o viajan en ellas, sólo que esta vez, entre los ángeles se encuentra la familia que perdí y de la que no me pude despedir. Un tío maravilloso que siempre me llamaba todos los años puntual cada 16 de mayo (mi cumpleaños), una sobrinita que luchó y luchó pero sus ojitos no vieron la luz. Y dos primos, uno me vio crecer y con el otro aprendí a cambiar los pañales.

Sólo pensaba que ellos estarían sobre esas nubes viajando tranquilos y en paz a pesar de que la eternidad les llegó antes. Nosotros, los que nos quedamos debajo de las nubes, extrañándolos, deseando y anhelando que llegue la paz para que la eternidad adelantada se tome unas muy largas vacaciones y así volver abrazar a los nuestros.