enero 06, 2017

Abrazo a la incertidumbre

Unos huevos con perejil y el primer libro del año
Apenas van seis días de este nuevo año y tengo dos revelaciones:

Primero: me encantan los huevos con perejil. Rara vez cocino -por no decir nunca-, lo hagoy como tengo la suerte de compartir con muchas personas que sí lo hace, no tengo la necesidad de hacerlo aún. Segundo: me gusta leer el libro Putas asesinas de Roberto Bolaño. Él no necesita presentación y solo diré que lo descubrí a través de otro libro que se llama Soldados de Salamina de Javier Cercas, autor que no conocía.

Un buen amigo, que es vendedor de libros, me lo dejó el libro de Cercas en el escritorio de mi anterior empleo y me dijo: "pensé en ti". Lo compré, lo leí y me gustó tanto que luego fui a buscar la obra de Bolaño, solo porque Cercas mencionó a Bolaño en su texto. 

El año que pasó fue difícilsin embargo, decidí disfrutar la incertidumbre, abrazar la incertidumbre, vivir en ella. Si tengo la oportunidad de tomar un tren y huir, lo hago. Si no pasa, encenderé una fogata y disfrutaré del cielo estrellado en medio de la nada siempre que siga cerca de los rieles. 

Por esa razón, decidí ir a la Guajira colombiana que es árida, desolada y colorida. No quería regresar. Conocí al  "Coronel Azul", me enamoré del Coronel azul, nos bañamos en su mar caribe, bebí la cerveza y comí los frutos y escuché la música de ese lado del caribe. Otro día hablaré del Coronel Azul. Mientras, solo diré que fueron días maravillosos.


Foto de Yéssica Sumoza
Un carruaje frente al cementerio de Riohacha
El año que terminó me puso en tres empleos. En el último me quedé, llevo 4 meses. Sin seguro ni póliza de vida; por eso me he estado cuidando. En eso meses, visité mi primer bar de putas con el señor Carmelo, el señor 905 y el señor Blanco… 

El fascinante señor Púrpura (inserte aquí corazones). Todos daban por sentado que ya nos conocíamos, pero nunca fue así… Nunca coincidimos en fiestas ni encuentros casuales, pero creo entre él y yo calza perfecto ese hermoso verso que leí de Eugenio Montejo que dice que “La Tierra giró para acercarnos” … y nos conocimos. Después de esa noche, él volvió a su país y yo continúe aquí…

Caracas en silencio a las cuatro de la mañana

2016 fue el año en el que más gente conocí: personas de valor: que han sumaron aprendizajes importantes en mi vida, que me animaron a ser mejor. Pienso que el toparme con más mortales significó una compensación que me cobró el destino, tal vez el universo, por llevarse a muchos seres queridos a otras tierras. 

A raíz de eso, me sentí muy sola pero la vida trajo nuevos amigos y nuevos amores. Pienso en ese posible día en que me toque cruzar la frontera, el mar o el espacio áreo… Pero sí aquí sigo comprenderé, sin darle tanta explicación al asunto, que el destino me prepara una experiencia que debo vivir, algo me falta aprender, hay una deuda pendiente. 

Recuerdo que en el 2015 también había salido de mi vida mucha gente, todos de manera espontánea, lo consideré hasta cabalístico. Lloré por unos, me alegré por otros. Hoy gran parte de ellos siguen sin estar y dudo que vuelvan. En mi defensa diré que no los corrí…

El año pasado dejó enseñanzas muy importantes. Especialmente comprendí que una cosa es lo que queremos y otra lo que hacemos. Por difícil que sea, trato de mis acciones sean siempre el reflejo de lo que anhelo. Entre tanto, abrazo al 2017, abrazo lo que me depara, abrazo a la incertidumbre.