septiembre 03, 2016

A la playa con botas


Soy de pocas amistades, pero eso es culpa de una introversión que, con los treinta y tantos años que llevo, aún lucho por superar. A pesar de ello, tengo gente interesante que aparece en los momentos menos esperados para hacerte parte de algún capricho de tres horas, de esos que te sacan de la monotonía de estar en la oficina un sábado a media tarde, por ejemplo. Terminas en la playa.

La verdad es que nunca me dijo que buscaba, exactamente, a lo que me dediqué a sacar mis propias conclusiones, es un romántico que sólo quería retratar las últimas horas del día.